(Artículo publicado en el periódico universitario Eccus.)

El ciberbullying es más practicado por las chicas

Versión publicada en la edición online de Eccus:

“El ‘ciberbulling’ es más practicado por las chicas”

¿Cómo nació la iniciativa de PantallasAmigas que usted dirige?

Nació en 2004. Estábamos desarrollando un proyecto educativo online para menores y abrimos un espacio para intercambiar opiniones. Comprobamos que, sin moderación, se vertían contenidos inadecuados. Cerramos de inmediato esa función y empezamos a investigar qué ocurría con los menores en Internet. Vimos la realidad en EEUU, Canadá, Australia, Reino Unido… y supimos que no tardaría en ocurrir en España, donde no había recursos para la prevención de los riesgos en el uso de Internet. Y nos pusimos a trabajar. Ya han pasado más de cinco años.

¿En qué campos actúan y de qué modo?

Nuestro objetivo es el fomento del uso seguro y saludable de las TIC (Internet, telefonía móvil y videojuegos) por parte de los menores y el fomento de la ciudadanía digital responsable. Para ello trabajamos con todos los colectivos implicados: instituciones, empresas tecnológicas, centros educativos, padres, docentes y los propios menores.
Las tareas que realizamos van desde la creación de recursos educativos online y off line hasta la realización de estudios, pasando por la formación, la sensibilización y la información en distintos formatos.

Luchamos contra los principales riesgos: grooming, ciberbullying, sexting, pérdida de privacidad y tecnoadicciones.

Cada vez es más frecuente oír hablar de ciberbullyng, pero ¿en qué consiste?

Es el acoso u hostigamiento sicológico (amenazas, chantajes, bulos, calumnias…) por medio de las nuevas tecnologías (Internet, móviles o juegos online) que se produce de manera continuada. No tiene finalidad sexual y trabajamos en los casos que se dan entre iguales o pares, esto es, de edades similares.

¿Qué nivel de desarrollo tiene el ciberbullying en España con relación a otros países? ¿Nos podría aportar algún dato?

Es realmente complicado. Si ya cuantificar el bullying ha generado muchas controversias ¡qué decir del ciberacoso!. Es un fenómeno relativamente nuevo y en permanente progresión y no existen estudios actuales de rigurosidad y significación suficiente. Sin embargo, algunos datos manejados apuntan a un porcentaje mínimo del 5 al 7% entre el alumnado de secundaria y también que, por géneros, las chicas están más involucradas en este tipo de prácticas.

¿Qué impacto social tiene la difusión en internet de imágenes con contenidos de violencia?

Es simple: la normaliza y, en consecuencia, puede inducir a determinadas personas a considerar legítimo o habitual su uso. Lo preocupante no es ya que se reproduzca en el contexto de la resolución de conflictos sino que, además, sea utilizada para, de una u otra forma, generar diversión o ganar notoriedad. Este es el primer paso de su aceptación social natural por exceso de exposición a la misma. Por otro lado, si las escenas violentas son desaconsejadas para determinadas edades desde siempre por los expertos ¿por qué razón no va a ser lo mismo en la Red?.

¿Cuáles son los factores de riesgo para ser víctima de ciberbullying?

No se puede definir un perfil, cualquiera puede serlo. Quizás sí exista algún factor catalizador, pero desde luego no determinante, como puede ser determinadas carencias técnicas o un exceso de actividad social online o datos personales de manera abierta.

¿Qué signos reflejan que una persona está siendo una acosada en la Red?

Los mismos que cualquier adolescente que tenga un problema: retraimiento, falta de sueño, nerviosismo, apatía… Si acaso, puede evidenciarlos más tras las sesiones online, pero también lo puede recibir en el teléfono móvil y eso es menos detectable.

¿Cómo ayudar a alguien que sufre acoso a través de la Red?

Lo primero es encargarse de protegerle. Para ello hay que arropara a esa persona y hacerle ver que no tiene culpa alguna de lo ocurrido y que es algo que le pasa a mucha gente.

Lo segundo es reducir la exposición a la agresión: menos tiempo de conexión, cambio de entornos online (juegos, redes sociales…), depuración de contactos, revisión de perfiles de privacidad…

Luego habría que guardar las pruebas del acoso e instar a quien lo ejerce a que deponga su actitud. Después habría que advertirle que su comportamiento es ilegal. Si persiste, habría que decirle que tenemos ya pruebas y que cabría formular una denuncia.

A su juicio, ¿cómo se enfrentan las autoridades a este tema?

Están poniendo medios, pero por desgracia, y como ocurre con otros aspectos de la vida, los recursos no alcanzan para cubrir todas las necesidades. Están trabajando en la sensibilización, en la formación y, poco a poco, en la asistencia y atención a los afectados. Pero queda mucho trabajo y falta aún experiencia.

¿En qué situación legislativa se encuentra el tema del ciberbullying?

En teoría, cabría decir que toda situación en el mundo físico tiene correspondencia en el ámbito online y, desde ese punto de vista, está cubierta. Sin embargo, la realidad es otra. Se plantean nuevas situaciones y nuevos retos. Por otro lado, el resto de aspectos implicados por parte de cuerpos policiales no especializados, fiscalías, abogados y incluso jueces tienen hoy en día dificultades para manejarse e interpretar este entorno. Por lo tanto, además de ciertas lagunas legales o interpretaciones comprometidas de algunas leyes, falla aún ajustar parte del mecanismo en torno a las mismas para obtener resultados adecuados.