El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, explicó la semana pasada un experimento que había realizado: se había dado de alta con una identidad falsa en la popular red social online Tuenti para controlar qué imágenes se suben o con qué personas contactan, antes de decidir si permitía a su propia hija utilizar dicha red. Su intención era comprobar el funcionamiento de la Red antes de darle permiso. Junto a ella, y con el perfil falso, Canalda estuvo varios días como espectador, sin participar en las conversaciones de sus hijos, pero viendo lo que hacían como si fuera un chico más, ha explicado. Según el Defensor ese control es «algo necesario a pesar de que puede resultar controvertido, porque alguien puede entender que es vulnerar la intimidad de los hijos» aunque aseguró que había entrado en Tuenti precisamente invitado por su hija. El perfil ya está borrado, y aunque Canalda asegura que su hija conocía el experimento, su actuación ha dado pie a un debate sobre si es lícito y adecuado entrar en la intimidad de los menores para garantizar su seguridad en Internet.

Canalda ha explicado que no le gustaron las informaciones que vio intercambiar alegremente a los chicos –«Suben información por un tubo, tanto ellos como sus amigos, información que puede ser accesible a personas como yo, que soy un amigo que nadie conoce»– y por eso decidió junto a su hija que se diese de baja de Tuenti.

Aunque diversos expertos aconsejan a los padres que se inscriban en las mismas comunidades online donde participen sus hijos, para poder ayudarles mejor y conocer con quién andan en dichas redes -e incluso a Ícaro Moyano el responsable de Tuenti, le parece bien que lo hagan-, hay quien no opina igual. Según la investigadora Gemma Martínez eso «es como empeñarse en salir con él y sus amigos el fin de semana. El comportamiento del niño o la niña va a ser distinto». Lo que no se puede hacer es relacionarse con los hijos y sus amigos con una identidad falsa, dice Martínez: «Porque es lo que hacen otras personas con malas intenciones».

«Es complicado fijar dónde está la línea entre el deber de protección de los menores y el derecho a su intimidad», dice Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, una iniciativa online de promoción de la seguridad de los jóvenes en las nuevas tecnologías. El debate está constantemente en la sociedad, dice, y recuerda la obligación de las chicas de 16 años de informar a sus padres si quieren abortar.

El psiquiatra infantil Paulino Castells cree que la clave está en la relación afectiva de padres e hijos: «Si el hijo se siente querido nunca será una intromisión». Ante la sospecha de un padre o un educador de que hay situaciones peligrosas, está justificado traspasar la línea del intervencionismo. Castells recuerda cómo evitó el suicidio de dos adolescentes hace años gracias a que una madre llegó a su consulta con el diario de su hija -la versión de papel de los blogs-. Según él lo fundamental es enseñar a los chavales cuáles son los peligros de la Red y que sepan que sus padres siempre están para escucharles.

Expertos en violencia escolar, como la catedrática de Psicología de la Universidad de Córdoba Rosario Ortega, alertan sobre el aumento de la violencia y el ciberbullying mediante el uso de las nuevas tecnologías, incluyendo las redes sociales online.

Los webs y los decálogos con consejos para padres se multiplican a medida que crece la preocupación por estas cuestiones y entre las recomendaciones suelen destacar la colocación del ordenador en una zona compartida de la casa, acordar los horarios de uso, navegar junto a los niños o fomentar su espíritu crítico. Según el informe de mayo de 2009 del observatorio de seguridad del Inteco, el 91,7% de los padres informa a sus hijos sobre los riesgos que ellos entienden que pueden existir en la Red y el 80,1% tiene el ordenador en un lugar común de la casa.

Según los datos de una encuesta de la Comisión Europea, los padres españoles son los que menos programas de control parental utilizan, lo cual relacionan los autores con la menor alfabetización digital entre los adultos en España (en el Reino Unido un 77% de los padres usa el filtrado). Quizás también por esa razón con los más preocupados y los que más normas ponen a sus hijos sobre el uso de Internet.

Otros datos del informe del INTECO:

  • El 93,4% de los padres de menores de edad advierten a sus hijos de los peligros de facilitar en la Red datos personales propios o ajenos.
  • El 91,7% le ha informado a su hijo de los riesgos de la Red.
  • El 73,8% vigila el tiempo de conexión de los menores
  • El 80,1% tiene el ordenador en un lugar compartido de la casa.
  • El 77,5% sabe quiénes son sus amigos en la Red
  • Un 54,3% revisa el historial de navegación para ver las páginas que ha visitado. Un 62,8% dice confiar en su hijo/a y le permite navegar sin su supervisión.
  • Un 21,3% dice que es posible que su hijo vea contenidos inadecuados.

Fuente: El País