El desafío que supuestamente induce a la infancia a suicidarse no es más que otro caso de ‘fake news’

reto-momo-challenge-bulo-fake-news

Los retos virales han cogido fuerza durante los últimos tiempos con la proliferación de smartphones en la vida cotidiana. Las cadenas de mensajes interminables y vídeos de imágenes cuquis que se enviaban de forma masiva a través del correo electrónico pronto dieron el salto a las redes sociales en forma de retos o desafíos nominativos. Cada poco tiempo, los perfiles se llenan de fotos de la infancia o secuencias de cubos de agua helada cayendo por las cabezas fruto del challenge del momento. Si bien la mayoría se originan en clave de humor, últimamente han saltado a la palestra retos como el de Momo que, lejos de sacar sonrisas, tratan de infligir el daño. O eso es, al menos, lo que quieren que nos creamos.

Momo tiene una cara terrorífica: ojos saltones, pelo negro graso y sonrisa tenebrosa. En realidad, esta imagen que circula por la Red bajo este nombre corresponde a una escultura conocida como «Mother Bird». Se trata de una obra del japonés Keisuke Aiso y que fue expuesta en 2016 en una galería de Tokio con temática de terror. El artista buscaba esa expresión terrorífica en su figura, pero su intención nunca tuvo nada que ver con viralizar un reto que pone en riesgo la vida de las personas.

¿Reto real o bulo?

El reto ‘Momo suicide challenge’ se conoció a mediados de 2018, cuando surgió el rumor de que existía un contacto en Whatsapp con la foto de Momo y que incitaba a sus interlocutores a realizar desafíos tan desagradables como lesionarse o atentar contra la propia vida al deslizarse un cuchillo por el cuello. A pesar de la cantidad de noticias que han rodado por Internet alertando sobre el peligro de este desafío, todo apunta a que se trata de un verdadero bulo.

Algunos medios de comunicación señalaron este reto como responsable del suicidio acometido por varios adolescentes alrededor del mundo, pero nunca se ha hablado de fuentes originales ni se han dado nombres reales. Ni siquiera las autoridades involucradas en esas supuestas muertes han corroborado que esta historia estuviera relacionada. Es más, no existen evidencias de ninguna conversación online de este tipo con el terrorífico personaje.

Hackers con cara de Momo

Hace unos días, un departamento de la policía irlandesa volvía a poner a Momo en el punto de mira con el fin de alertar a los padres y madres del peligro que subyace en este tipo de sucesos que involucran a la infancia o adolescencia y sus teléfonos. Según han publicado en sus redes, detrás de esta apariencia de reto se esconde un grupo de ‘hackers’ cuyo objetivo no es otro que extraer datos personales. Es decir, se trataría de otra táctica más de phishing por Whatsapp.

El reto, también en Youtube

Aunque la aplicación no sería el único soporte en el que en teoría Momo alienta a niños y niñas a hacerse daño. El tenebroso personaje también se estaría mostrando en la plataforma Youtube, tanto en los vídeos como en sus comentarios, tal y como han denunciado varias madres a las que Kim Kardashian ha dado voz a través de sus redes.

En el vídeo que ha hecho saltar las alarmas puede verse la imagen de la escultura de Aiso mientras una voz de niño recita las siguientes palabras: «Momo. Momo. Momo te va a matar. Vendrá por la noche. Cuando estés en la cama, por la mañana, estarás muerto. Momo. Momo. Momo va a matarte. ¿Quieres una sorpresa? Mira en sus ojos. No miento. Vas a morir. Momo. Momo».

La reina de las celebrities pedía a Youtube que eliminara esta clase de contenido y la plataforma atendía a sus plegarias alegando que retiraría y desmonetizaría cualquier material que incitase a este desafortunado reto, aunque aseguraba «no haber visto pruebas recientes de vídeos que promuevan el Momo Challenge en Youtube. Vídeos que promuevan desafíos dañinos o peligrosos van en contra de nuestras políticas».

Con el regreso de Momo en nuestras pantallas, surge la necesidad de aclarar la falsedad de este desafío viral. Sin duda, no es más que una farsa que se alimenta y crece gracias a la rapidez con la que circulan este tipo de ‘fake news’.