Una animación didáctica muestra cómo el uso de fotografías comprometedoras en las redes sociales es algo delicado que puede poner en riesgo tanto la privacidad propia como la ajena
Mayo 2010
En el transcurso de la animación se desvelan las claves que hay que tener en cuenta cuando se sube una fotografía a la red social aunque se hayan configurado las opciones de privacidad. Ese lugar privado y reservado a miradas que pueden resultar inconvenientes no lo es tanto y, lo que es peor, escapa al alcance de uno mismo el que lo sea.
Esta historia está basada en un hecho real, según comenta su creador Jorge Flores, acontencido cuando en el transcurso de una sesión de formación con alumnado navarro de segundo curso de secundaria (13-14 años) pudo observar la cara de sorpresa y temor que iba poniendo una chica según se iban formulando el conjunto de reflexiones reflejadas en esta historia referidas a cómo puede pasar a ser de dominio público una imagen pretendidamente reservada en el contexto de una Red Social.