(Artículo publicado en la versión online del diario La Verdad.)

Aunque no es lo que más preocupa a los padres, el ciberacoso entre iguales es uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los menores

Uno de cada diez adolescentes de la provincia de Albacete sufre acoso en internet

Aunque el ‘ciberbullying’ o acoso en la Red entre iguales, es menos preocupante para los padres que otros delitos como la pornografía infantil o el abuso sexual, lo cierto es que el ciberacoso es una amenaza muy común entre adolescentes.

El sindicato educativo Anpe sitúa la prevalencia de menores que sufren ‘ciberbullyin’ en la provincia en un 10%, «una cifra que se encuentra por debajo de la media estatal», como apunta Manuel Tébar, secretario de comunicación del colectivo en Albacete.

Según un cuestionario realizado a padres por Pantallas Amigas – una iniciativa que vela por el buen uso de las nuevas tecnologías -, lo que más preocupa es el acceso a contenido no adecuado como pornografía y el acoso sexual, mientras que el ‘ciberbullying’ se posicionaría en tercer lugar. «Pero resulta que probablemente es lo que más afecta a los chavales» ya que es más fácil que se produzca ‘ciberbullying’ a que suceda un caso de acoso sexual porque cuando los jóvenes están conectados a Internet normalmente se relacionan con personas de su edad, explica Araiz Zalduegi, responsable de formación de Pantallas Amigas.

Difícil de tratar

Además, a la hora de prevenir «es más fácil tratar el acoso sexual que el ‘ciberbullying’ porque en el primer caso, si no aceptas no pasa nada, pero el ciberacoso sigue ahí aunque apagues el ordenador». Es decir, «es algo que afecta más que otros riesgos que puede suponer Internet, pero no somos conscientes de sus consecuencias», apostilla Zalduegi.

El perfil de la víctima vulnerable a este tipo de acoso «suele ser una alumna de primero o segundo de Educación Secundaria» ya que las chicas sufren más este acoso, especialmente las alumnas de primero y segundo de la ESO, asegura Tébar. En todo caso, hay que tener especial cuidado en las redes sociales pero también con otras herramientas, ya que el acoso se puede dar por medio de cualquier tecnología.
En realidad, el acoso entre iguales en la Red puede aparecer en diversos lugares como páginas webs, youtube, en redes sociales o juegos online, entre otros. Pero en general, «hay que tener especial cuidado con toda la información privada que damos porque mientras más información nuestra pongamos a disposición de terceros, más fácil es que la utilicen en nuestra contra». Así, «debemos estar alerta con nuestra privacidad», añade Araiz Zalduegi.

Aunque el acoso es grave en todos sus ámbitos a nivel psicológico, hay muchas diferencias entre el acoso entre adolescentes en el colegio y el ‘ciberbullyin’, tales como el hecho de no tener un perfil concreto de quién es el acosador y quién es el acosado, ya que «en el ‘bullying’ tradicional, existe un perfil más o menos claro de quién puede ser quién». Además, el alcance no es el mismo, puesto que las personas que se enteran en un colegio «no son las mismas que ven un vídeo en youtube, por ejemplo». Otra cuestión importante es que en la Red, el acoso se da las veinticuatro horas del día, siete días a la semana, todo el año. Y, por otro lado, la dificultad en la detección es mayor, sobre todo «para la gente que no utilizan mucho Internet como los padres», destaca Zalduegi.

Acosador

Otra circunstancia que existe en el ciberacoso es que en muchos casos «no tenemos al culpable», es decir, no sabemos quién es el acosador. Además, éste puede pedir ayuda a sus amigos, y un adolescente normalmente tiene más de trescientos amigos en su propia red. A lo que hay que sumar la suplantación de identidad, o lo que es lo mismo, el robo de la contraseña a alguien y hacerse pasar por otra persona.
Los principales consejos que se suelen dar a los padres es que, aunque no deben ser expertos en nuevas tecnologías, sí deben acercarse un poco a ellas, sobre todo para construir la suficiente confianza entre hijos y padres «y utilizar un lenguaje parecido» para que los menores pidan ayuda porque «una vez que lo hagan, menor es el alcance». También es recomendable supervisar para saber lo que hacen, aunque no espiar. Asimismo, la responsable de formación de Pantallas Amigas añade que «aunque hasta ahora siempre hemos dicho que tengamos el ordenador en un lugar visible del hogar, este tipo de supervisión con el acceso móvil es cada vez menos eficaz», pero si hay un ordenador en casa, lo suyo es que esté en un lugar comunitario de la casa.

Además, hay que evitar las cámaras webs en la medida de lo posible, «porque aunque pensemos que es para ver, en realidad es para ser vistos».

Por otro lado, el uso de las tecnologías debe ser moderado. Y en general, lo que hay que hacer, como en todo «es capacitar a los jóvenes para la plena autonomía y enseñarles las pautas de seguridad y los riesgos que tiene Internet».