Entrevista realizada a Jorge Flores, director de PantallasAmigas el 10/01/2012, para el programa Hablemos de amor, de la emisora neerlandesa en lengua castellana Radio Nederland Internacional.

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La entrevista se acompaña de un artículo en el del programa:

“Me saco fotos sexy para mostrarme”, dice una joven en un reportaje televisivo chileno. “Así puedo llamar más la atención”, dice un muchacho en el mismo reportaje. Una quinceañera agrega: “Cómo que se le sube el ego a una”. Ninguno piensa en las consecuencias de hacer públicas imágenes de tono sugerente.

El ‘sexting’ es un fenómeno cada vez más común entre jóvenes usuarios de internet, la telefonía móvil y redes sociales. Consiste en el envío de fotos o videos reveladores de la privacidad o grabaciones de tono erótico o sensual que colocan al objeto fotografiado en una situación vulnerable.

No salir desnudos no significa que uno no se ponga en riesgo, comenta Jorge Flores Fernández, fundador de “Pantallas Amigas”. El investigador de las redes sociales sostiene que “El primer riesgo es contra la intimidad y el honor dependiendo de cómo sean estas imágenes”.

Cómo comenzó

La mezcla entre las palabras sexo y texting da origen a lo que define a este fenómeno, sexting. Y data de tan sólo una década atrás, cuando la práctica de mandar mensajes de texto por el teléfono celular comenzó a ser posible.

Los primeros casos se dieron en Estados Unidos y países donde ha habido un avance importante en las telecomunicaciones. Posteriormente, aparte de mensajes, fueron imágenes y en la actualidad se puede enviar videos con cada vez mejor calidad.

“Quizás pudo comenzar entre parejas que en la distancia, a través del teléfono, mantenían el juego erótico y la relación personal por medio de este tipo de mensajes”. Y como el lenguaje del amor no tiene idiomas también, se expandió luego en español en el mundo Iberoamericano.

Son muchos los riesgos

Flores recuerda el conocido caso de Jessy Logan. La joven estadounidense le había regalado una foto semi desnuda a su enamorado, pero cuando terminaron la relación, el muchacho reenvió la imagen de Jessy por teléfono móvil a sus compañeros de escuela. Días después la joven se suicidó.

El caso de Jessy fue un caso extremo. En general, sea por teléfono, a través de las redes sociales o internet, los riesgos son muchos. “Hay que tener claro que desde el momento en que una foto nuestra está en un dispositivo digital, aunque sea propio, en cualquier momento por una intrusión de sabor malicioso, por una pérdida del celular, por una broma de un compañero, por una equivocación, por un descuido o por un robo, esa imagen que en teoría sólo está en un sitio, puede llegar a cualquier otro lado, por lo tanto a partir de ese momento se vuelve irrecuperable”.

Pero el principal problema no es que esas imágenes sean públicas o estén en conocimiento del entorno próximo de quien las protagoniza. El problema es que haya personas en ese entorno que decidan una estrategia de hostigamiento y de flagelo a la persona fotografiada, que se transforma en víctima.

“Si yo tengo una imagen robada, me haya llegado cedida, o como fuera, de otra persona, puedo practicar ‘sextorsiones’. Es decir, viene alguien y te dice mira yo tengo esta imagen tuya, delicada o comprometida, si no haces esto que yo te pido la voy a publicar, la voy a poner en internet, voy a pasarla a todos mis contactos, también a los tuyos. Es decir estamos hablando ya de cyberbulling y eso puede hacer mucho daño”.

Existe otro riesgo, indica Flores, que es de tipo legal. “Quien produce una imagen de un menor desnudo ya está produciendo pornografía infantil. Quien la posee está en falta y quien la distribuye también está incurriendo en lo ilícito”. Todo eso al margen de que las fotos puedan estar al alcance de pedófilos y personas que realizan prácticas de riesgo.

Vota por mi cuerpo

Flores hace mención de un fenómeno recurrente que es está relacionado al sexting. Ejemplo de ello son las páginas que promueven que los jóvenes se fotografíen y convoquen a otros jóvenes a que voten por su cuerpo, que el público valore si son sexys o atractivos.

“El adolescente sube imágenes no pornográficas ni íntimas, pero muy sugerentes, y lo que espera de los demás usuarios de esa página es que den una votación sobre el aspecto que tiene su cuerpo. De esa manera ellos establecen relaciones entre sí, se comunican, es una forma de socializar pero que tiene sus riesgos”.

Recomendaciones

Para evitar que los jóvenes se expongan, Flores tiene un par de recomendaciones:

  • La concienciación propia: porque el control y la supervisión apenas sirven. Hay que pensar seriamente en las consecuencias de tomarse fotos o dejarse tomar en situaciones comprometedoras. Todo lo que esté en un dispositivo digital puede hacerse público en cualquier momento.

    La vida es larga y nada es para siempre: el novio, en el que ahora confías quizás mañana se enfade o se sienta perjudicado, puede tener un acceso de ‘locura’ y que haga algo de lo que luego se arrepiente.

  • Enfrentar el bullying: Si eres víctima de extorsión, pide ayuda. Si se trata de chantajes puedes recurrir a la ley. Pide ayuda a tus padres o a seres queridos y nunca cedas al chantaje, porque el problema puede hacerse mayor.

ACLARACIÓN de PantallasAmigas: el (ciber)bullying no tiene una relación directa con la sextorsión. En la entrevista Jorge Flores habla de ambos conceptos como posibles problemas añadidos y derivados del sexting, pero de manera claramente diferenciada.