Después de la FTC estadounidense propusiese la creación de una herramienta para que los consumidores pudiesen impedir su seguimiento online (de gustos, visitas, búsquedas, etc.), se ha comenzado a hablar en aquel país de la conveniencia de una Carta de Derechos a la privacidad (online), Privacy Bill of Rights en inglés. Esta Carta regularía la recopilación comercial de datos de los usuarios online, qué se puede registrar y qué no, y qué uso sería aceptable darle a los datos recogidos. La FTC sería la encargada de vigilar que estos códigos de conducta con respecto a la privacidad fuesen respetados, cumpliendo una misión análoga a la que ya realiza en España la Agencia de Protección de Datos. Según el Secretario de Comercio estadounidense, Gary Locke, la autorregulación del sector no es suficiente. Según su departamento, el uso de datos personales ha aumentado tanto que se necesita una legislación específica sobre privacidad que mediante medidas de obligado cumplimiento, permita que se recupere la confianza online de los consumidores, al tiempo que se establece un marco para que las empresas puedan seguir realizando negocio. Las transacciones online a nivel mundial supusieron en 2010 un billón de dólares.

Cómo espían las empresas comerciales a los internautas

Cuando un(a) internauta visita un web muy conocido, es muy probable que esa visita dispare toda una serie de mecanismos (cookies, beacons, etc.) que registran diversos datos acerca de esa persoa y de lo que hace en la Red, para remitirlo posteriormente sin que el/la usuario/a se dé cuenta ni dé su permiso, a determinadas empresas, generalmente del sector publicitario.

Algunos de los webs que realizan un mayor seguimiento pertenecen a Microsoft (Msn.com, Msnbc.com, Live.com), según ha revelado SiteJabber, un web para la prevención del fraude online financiado por el gobierno de los EE.UU. En el extremo opuesto se sitúa Wikipedia.org, que no contiene ningún mecanismo de seguimiento del visitante.

Fuente: SiteJabber