La publicación de imágenes pornográficas puede tener muy distintas finalidades. La pornovenganza, que tiene como objetivo último causar un mal a otra persona que no ha consentido el uso en público de sus imágenes íntimas, es el fenómeno que más está creciendo y que crea una mayor victimización siendo las mujeres las afectadas en casi todos los casos.

Una cultura machista donde el ejercicio de la sexualidad femenina se percibe socialmente de manera muy diferente al equivalente por parte de los hombres y la normalización de la grabación e intercambio de imágenes íntimas entre parejas son el caldo de cultivo para que la pornovenganza esté cobrándose cada vez más víctimas y constituyendo una forma creciente de violencia de género sexual digital.






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