Jorge Flores Fernández

Fundador y Director de PantallasAmigas

Escrito: Mayo de 2014

Revisión: Septiembre de 2014

Publicado en inglés: 1 de abril de 2015 en la Social Science Research Network

Revisando mis notas para enfocar esta aportación, en mayo de 2014, me sorprendo cuando observo que ya han pasado más de cinco años desde que, en Abril de 2009, publiqué mi primer artículo sobre el sexting. El fenómeno, que ya es casi una moda y amenaza con convertirse en hábito, había llamado la atención de PantallasAmigas varios meses antes, en diciembre de 2008, como una práctica que empezaba a preocupar en los Estados Unidos de América y en el Reino Unido. La experiencia y las características del fenómeno nos hicieron pensar que, como tantas otras cosas, se globalizaría, y decidimos en ese mismo momento tratar de aportar información y recursos preventivos creando el microsite http://www.sexting.es. Por desgracia, no nos equivocamos y el sexting ya acompaña de forma habitual al ciberbullying que venía siendo una de las principales preocupaciones en relación con los niños y los adolescentes en la Red.

Digitally Connected_Global Perspectives on Youth and Digital Media_PantallasAmigas_Harvard_University

Pero… ¿qué es el sexting?

Sexting es un término resultante de unir las palabras “sex” y “texting” utilizado en un inicio para denominar la práctica según la cual se enviaban mensajes de texto por medio del teléfono móvil (texting) con contenido “picante” o “excitante” (sex)1. Hoy en día el sexting ha pasado a incluir fotografías (y vídeos) de alto contenido erótico e incluso pornográfico que son enviadas por medio de smartphones. Como en su origen el mensaje de texto, ahora la imagen es producida por el emisor fotografiando (o grabando) su propio cuerpo y el destinatario suele ser su pareja sentimental o bien alguien con quien desea mantener un flirteo.

Sin embargo, las nuevas posibilidades y los usos flexibles del término hacen que lo veamos asociado a prácticas relacionadas con la webcam o al simple envío de imágenes sexuales, modificando su sentido y causa original. Es muy común, por ejemplo, que sea utilizado para denominar las prácticas que acosadores de menores realizan cuando les envían mensajes obscenos e imágenes sexuales.

Según diferentes estudios2, la prevalencia de sexting entre adolescentes es cada vez más alta. Existe una amplia gama de razones y contextos para practicar el sexting, hasta el punto de cierta tendencia a la normalización. Tanto para las personas adolescentes como para las adultas, el sexting puede ser una expresión de su identidad y vida sexual34, y para la mayoría de la gente se percibe como una práctica segura y privada.


¿Qué problemas puede ocasionar el sexting?

Mostrar de forma voluntaria el propio cuerpo a alguien que desee verlo no es un problema en sí mismo, al margen de consideraciones éticas o morales que no nos corresponden. Sin embargo, no podemos olvidar que cuando las imágenes son de contenido sexualmente explícito o pornográfico se pueden producir problemas legales.  Si quien protagoniza la imagen está por debajo de la edad de consentimiento sexual – por lo general, entre los 13 y 16 años, dependiendo de la legislación de cada país – muchos países considerarán que estamos ante un acto de producción, posesión y/o distribución de pornografía infantil castigado por la Ley. Se ha llegado a dar el caso de menores imputados por este delito ya que, al fin y al cabo, aun siendo su propio cuerpo, han creado pornografía infantil. No obstante, la tendencia en los Estados Unidos está cambiando y no se está persiguiendo a adolescentes por esta práctica5. El hecho de que los menores de edad que participan en la imagen o vídeo no puedan ser procesados no quiere decir que los que ven, comparten (un simple retweet en Twitter o un «Me gusta» en Facebook se considera compartir) o guarden la imagen en su dispositivos estén libres de todo delito: una persona adulta involucrada en cualquiera de estas acciones podría estar acusada de poseer, distribuir o recibir pornografía infantil.

Dependiendo de según qué países y legislaciones, si un menor recibe contenido sexual procedente de un adulto, estaríamos ante un delito de corrupción de menores. El Código Penal español, por ejemplo, tipifica como delito esta conducta en su artículo 1866, siempre y cuando la intención fuera la provocación sexual.

Por último, si alguien pone a disposición de terceros este tipo de imágenes privadas y sensibles, sin permiso de quien las protagoniza, incurre en un delito por lesión del derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen7. Es claro que la víctima sufre un daño moral irreparable y una clara violación de la privacidad.

Otros riesgos asociados: ciberbullying, sextorsión y grooming.

El sexting puede poner a quien lo practica en riesgo de sufrir otras situaciones delicadas. Si la imagen comprometedora se hace de dominio público puede desencadenarse una injustificada reacción de hostigamiento o burla hacia quien la protagoniza. Este linchamiento colectivo y público además de humillar a la víctima enfatiza y hace perdurar esa acción de la que a estas alturas seguramente desea olvidarse.

En un mundo tecnológica y humanamente perfecto, personas adolescentes y adultas podrían practicar sexting con gente que no le fueran a  traicionar nunca, utilizando aplicaciones que protegen su privacidad; pero en nuestro mundo imperfecto siempre habrá maneras de conseguir esas fotos íntimas, una lección aprendida de la forma más dura por muchas personas famosas cuando miles de sus fotos y vídeos privados se filtraron en Internet en agosto de 2014, ya que hackers robaron las copias que sus iPhones habían enviado a la nube sin su conocimiento.

El ciberbullying es el uso de Internet, los teléfonos inteligentes y/o las redes sociales para causar daño emocional y psicológico de forma deliberada y repetidamente8. Cuando se combina con el sexting, el ciberbullying gira en torno a la distribución pública de una imagen íntima filtrado por accidente, a través de una traición, por error, o simple ignorancia. Aunque este tipo de situaciones no son habituales, un 2% de personas que practican el sexting perderán el control de sus imágenes íntimas y serán vistas por personas que no eran las destinatarias originales9. Cuando esto ocurre, las consecuencias pueden ser muy graves, como en el caso de Jesse Logan quien, con 17 años, envió una imagen desnuda a su novio para, dos años más tarde, suicidarse por el maltrato prolongado al que fue sometida desde que se hizo pública la imagen10. Ella murió por el ciberbullying que tuvo origen en una práctica de sexting.

La sextorsión es otro problema que puede surgir siempre que esté en juego una imagen íntima como las que se producen al practicar sexting. El mecanismo es sencillo: alguien, conocido o no, amenaza a quien protagoniza la imagen que ha llegado a su poder con hacerla pública o enviarla a otras personas si no cumple con sus deseos. Según la Interpol, dada la naturaleza del delito y para evitar la vergüenza pública, muchas de las víctimas no denuncian su situación, por lo que es difícil dar cifras11.


Se trata por lo tanto de extorsión o chantaje, delito que afecta también con mucha frecuencia a adolescentes y mujeres jóvenes que practican “cibersexo” mostrando partes íntimas a través de la cámara web. También se ven afectados en menor medida ellos, chicos y jóvenes. A las mujeres, por otra parte, se les pide a edades cada vez más tempranas realizar actos sexuales para los varones, en algunos casos, en frente de amigos y compañeros de clase, lo que puede facilitar la grabación de este tipo de actos y su uso futuro para la extorsión.

La sextorsión se está convirtiendo en una forma más de ejercer violencia contra las mujeres, ya que son presionados por sus compañeros sentimentales para practicar más sexting  con un contenido cada vez más explícito que, a su vez, se utiliza para amenazar a las mujeres a seguir practicándolo si no desean que los contenidos se hagan  públicos. Como mecanismo de control, en oposición a la violencia física, la sextorsión en la pareja es discreta, y a menudo imperceptible para terceros.

La sextorsión puede tener muchas finalidades entre las que destacan dos:

  • Someter la voluntad de la víctima con tres tipos de objetivos posibles:
    1. Obtener concesiones sexuales, como ocurre en los casos de Internet Grooming.
    2. Conseguir mantener una relación de pareja tras un abandono.
    3. Lograr secretos personales o profesionales.
  • Obtener dinero. De hecho, es una modalidad de ciberdelito, y de negocio, en auge. El caso más común es el del joven chantajeado por una mujer que ha conocido online y que le ha llevado a practicar cibersexo.

Causas y catalizadores

Hay que preguntarse ¿por qué lo hacen los y las adolescentes? Cabe valorar las siguientes circunstancias:

  1. No se imaginan que la fotografía puede llegar a otras personas.
    1. 1 Cuando se realiza en el seno de una relación confían plenamente en la discreción del otro. Carecen de experiencia vital suficiente para saber que no todos tenemos el mismo concepto de privacidad o confianza, o que las cosas en la vida cambian y que muchas relaciones de amor terminan en odio. En este sentido, es ya popular el concepto de “revenge porn” para denominar la publicación vengativa de imágenes sexuales de ex-parejas.
    2. 2 Creen que una imagen en un terminal móvil está segura y no son capaces de proyectar, de imaginar, las variadas formas en que esa imagen puede salir del dispositivo: un robo, un error, una broma, un extravío…
  1.  Ignoran o menosprecian las probabilidades y consecuencias de que esa imagen acabe siendo pública o en manos equivocadas.
    1. La falta de percepción del riesgo es una característica de la adolescencia. Además, en el caso del uso de Internet, donde todo es presente y transcurre en directo, la capacidad de proyección de consecuencias a medio plazo es un reto singular.

  1. Encuentran acomodo para esta práctica en modelos y presiones sociales actuales.
    1. 1 Existen voces que denuncian una hipersexualización de los modelos femeninos desde la infancia que adelantan patrones de conducta relacionados con el sexo. Por otro lado, las influencias y modelos sociales distan del recato en muchas ocasiones.
    2. 2 La exposición de lo personal en la Red provoca cuadros de exposición compulsiva de la vida privada, lo que denominan la cultura de la “extimidad”. Los conceptos de privacidad e intimidad están en proceso de redefinición por parte de las nuevas generaciones que se socializan desde muy temprana edad también en Internet.
    3. 3 La Red y, más aún, las redes sociales, estimulan la competitividad adolescente en diversos aspectos: tener más amistades, tener más comentarios en las fotografías… Cada vez que reciben un comentario positivo, un «me gusta», o un retweet en las redes sociales el cuerpo produce una nueva dosis de dopamina, un neurotransmisor químico asociado con la motivación y la recompensa en el cerebro humano. Si se enganchan a esta «droga», la presión para ser popular, influyente y original en su socialización en línea, sumado al hecho de que la construcción de la empatía en línea sigue siendo difícil, podría dar lugar a un comportamiento excesivo o poco comprensible12.
    4. 4 La abundancia de contenido pornográfico en la Red, incluso realizado por no profesionales y adolescentes, tiende a contribuir a la normalización de prácticas como el sexting en la que han llegado a incurrir personajes famosos del mundo del espectáculo, el deporte y la política.
  1. Sienten la llamada de la adolescencia: hormonas, diversión, coqueteo y transgresión13.
    1. 1 La práctica del sexting atiende a su despertar sexual. Los altos niveles hormonales y el espíritu impulsivo y transgresor son balas para un arma siempre disponible y sin seguro como es el smartphone. Efectuado el disparo, no hay forma de pararlo.
  1. Ven el sexting como una parte normal de la expresión de su identidad sexual.

Además de estos factores, podemos identificar otros catalizadores debidos al avance tecnológico:

1.- Mayores prestaciones: mejores terminales y mayor ancho de banda.

2.- Reducción de costes: programas de mensajería instantánea, como el popular WhatsApp, permiten el envío de imágenes vía Internet sin el coste de un MMS.

3.- Nuevas herramientas: aparición de aplicaciones como Snapchat que permite enviar fotografías que únicamente se puedan ver durante unos segundos.

Prevención del sexting o de sus consecuencias.

La labor de prevención pasa por la concienciación de los riesgos que se asumen, las responsabilidades y las consecuencias. No hay ninguna otra medida que no pase por el propio protagonista. Para esta práctica los adolescentes son imparables puesto que tienen las herramientas necesarias: su cuerpo y un smartphone.

¿Se pueden reducir los riesgos del sexting? No existe sexting seguro salvo que en la imagen no se pueda identificar de ninguna manera la identidad de quien aparece en ella. Mantener el anonimato no es tan fácil como parece: se debe evitar incluir el rostro, aspectos del cuerpo (manchas en la piel, piercings, tatuajes…) ropa, adornos o entorno de la imagen que permita identificar a la persona. Hay que tener cuidado también con los datos de geolocalización que incluyen algunas imágenes y que en ocasiones se envían sin darse cuenta junto con la fotografía. Se debe tener en cuenta que la existencia de la imagen en un determinado celular o el envío desde un número de teléfono o con un identificador concreto puede hacer que se relacione la persona anónima de la fotografía con el propietario del terminal.

Más allá de cómo es la imagen, es importante a quién, cómo y cuándo se envía. Siempre ha de ser a una persona de máxima confianza que debe ser avisada con antelación, no sea que abra el mensaje en un momento inoportuno. También debe ser advertida de que en ningún caso muestre la imagen y ni siquiera diga a nadie que existe. En términos generales, a los más pequeños se les debe enseñar más habilidades empáticas, ya que a menudo son los que tienen las imágenes que les son enviadas y luego cometen la distribución no autorizada de las mismos sin darse cuenta plenamente del daño que pudieran causar, o la traición que están cometiendo. Por supuesto, cuidado al seleccionar el destinatario del mensaje. El dedo se desliza rápido y puede ir a parar al siguiente número de la agenda.

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Septiembre 2010

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Referencias

 

1 For more information about sexting and its definition: Sacco, D., Argudin, R., Maguire, J., & Tallon, K. (2010). Sexting: Youth practices and legal implications. Retrieved from http://cyber.law.harvard.edu/sites/cyber.law.harvard.edu/files/Sacco_Argudin_Maguire_Tallon_Sexting_Jun2010.pdf

2 Cox Communications Teen Online & Wireless Safety Survey, in Partnership with the National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) and John Walsh. Teen Online & Wireless Safety Survey. Retrieved from http://www.cox.com/wcm/en/aboutus/datasheet/takecharge/2009-teen-survey.pdfLenhart, A. (2009). Teens and Sexting. Pew Internet & American Life Project. Retrieved from http://www.pewinternet.org/files/2014/02/PIP_Couples_and_Technology-FIN_021114.pdf

Lenhart, A., & Duggan, M. (2014). Couples, the Internet, and Social Media. Pew Internet & American Life Project. Retrieved from http://www.pewinternet.org/files/old-media//Files/Reports/2009/PIP_Teens_and_Sexting.pdf

3 Allyson, L., Steiner, J. L., & Cyders, M. A. (2013). Understanding differences in sexting behaviors across gender, relationship status, and sexual identity, and the role of expectancies in sexting. Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, 16, 568-574. doi:10.1089/cyber.2012.0545.

 

4 Lenhart, A., & Duggan, M. (2014). Couples, the Internet, and Social Media. Pew Internet & American Life Project. Retrieved from http://www.pewinternet.org/files/old-media//Files/Reports/2009/PIP_Teens_and_Sexting.pdf
5 Hinduja, S., & Patchin, J. W. (2014). State sexting laws: A brief review of state sexting laws and policies. Retrieved from http://www.cyberbullying.us/state_sexting_laws.pdf

 

7 See for example: Winsconsin (USA) has “Crimes Against Reputation, Privacy and Civil Liberties” (https://docs.legis.
wisconsin.gov/statutes/statutes/942.pdf) where they include defamation or invasion of privacy. Crimes against honor where introduced during Napoleon but are still mixed with other crimes such as injury, defamation, or right to intimacy/privacy http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/46497.pdf

 

8 More information about cyberbullying: Levy, N., Cortesi, S., Gasser, U., Crowley, E., Beaton, M., Casey, J. A., & Nolan, C. (2012). Bullying in a Networked Era: A Literature Review. Berkman Center Research Publication No. 2012-17. Retrieved from http://ssrn.com/abstract=2146877
9 Cox Communications Teen Online & Wireless Safety Survey, in Partnership with the National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) and John Walsh. Teen Online & Wireless Safety Survey. Retrieved from http://www.cox.com/wcm/en/aboutus/datasheet/takecharge/2009-teen-survey.pdf

 

10 Jessica Logan Suicide: Parents Of Dead Teen Sue School, Friends Over Sexting Harassment. Huffingtonpost (2009, December 7). Retrieved from http://www.huffingtonpost.com/2009/12/07/jessica-logan-suicide-par_n_382825.html
12 Lenhart, A., Madden, M., Smith, A., Purcell, K., Zickuhr, K., & Rainie, L. (2011). Teens, kindness, and cruelty on social network sites. Pew Internet and American Life Project. Retrieved from http://www.pewinternet.org/files/old-media/Files/Reports/2011/PIP_Teens_Kindness_Cruelty_SNS_Report_Nov_2011_FINAL_110711.pdf

 

13 Junco, R. (2014, May 22). What’s the big deal about sexting? CNN. Retrieved from http://www.cnn.com/2014/05/21/opinion/junco-sexting-teenagers