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El diario ABC entrevista a Jorge Flores Fernández, Fundador y Director de PantallasAmigas con motivo del XV Aniversario de la entidad. El pasado 15 de octubre, PantallasAmigas organizó la Jornada Ciudadanía Conectada 2019, bajo el lema «Educación y Bienestar Digital» en la que se invitaba a la reflexión, entre otros asuntos, sobre los beneficios de un uso racional y consciente de la tecnología.

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Jorge Flores, director y Fundador de Pantallas Amigas – ABC – BELÉN DÍAZ

1. Educación y bienestar digital: ¿son dos elementos compatibles? Pónganos algún ejemplo.

Son compatibles, es más, son sinérgicos, tanto si los descomponemos en educación digital y bienestar digital como si los unimos considerando una educación para el bienestar digital. Ya hay una disciplina acuñada como educación para la salud… pues equivalente sería la educación (digital o no) para el bienestar online.

2. Entonces, ¿por qué no se deja de hablar de los malos que son los móviles? ¿Por qué los padres se asustan cuando su hijo les pide una consola o un «smartphone»?

Entiendo que hay dos tipos de temores que se solapan. Uno es el debido a los riesgos que se afrontan (contenidos nocivos, personas dañinas, pérdida de privacidad…) por ser tecnologías conectadas a internet y el otro, más reciente y en aumento, el derivado del sobreuso. Visto así, puede entenderse el reparo de las familias. Es más, debe exigirse esa cautela. En el caso del uso abusivo se ven asociadas problemáticas de aislamiento, conflicto familiar y déficit de desarrollo de ciertas capacidades al margen de las pantallas. Hay que escuchar las cosas positivas y las negativas con sentido crítico y responsabilidad, para luego tomar decisiones y, finalmente, poner los medios para llevarlas a cabo. El miedo puede venir del desconocimiento o de sentirse capaces de llevar a cabo una mediación parental adecuada en tiempo y forma. El temor con frecuencia paraliza o limita y si queda en eso no es positivo.

3. ¿Es razonable el temor de los padres o es infundado?

Creo que no se debe sentir miedo sino respeto y responsabilidad. Crecer supone afrontar retos y con ello hay riesgos. La clave está en sentirse capaz de conocer y limitar los peligros. Puede ser esta responsabilidad lo que asuste. Pero en todo esto hay mucho de contradicción, como es el caso de la exposición a pornografía en edades tempranas; nos horroriza pero se regala el móvil en la comunión sin mayores medidas al respecto. Dar o no un móvil debe ser una decisión que, como toda acción de riesgo, debe ser tomada de manera informada, sin presiones y meditada. Actualmente creo que esto no está siendo así y se entregan móviles de forma irresponsable.

4. Muchas veces se habla como causa de ese temor a la falta de formación de los padres, sin la que es imposible educar a los menores. ¿Coincides con esta tesis? Parece que a los padres nunca les da tiempo ponerse al día en estas cuestiones y parece, también, que tienen otras prioridades. ¿Es un error?

Siento ser duro en esto, pero debo ser sincero. Sin infravalorar el esfuerzo de padres y madres, que es diario y costoso con el ritmo de vida actual, creo que en bastantes ocasiones es más pereza que miedo. Desde luego, estar al día supone un esfuerzo grande, pero también es cierto que ya compartimos herramientas como el whatsapp y redes sociales similares o iguales a las de nuestros hijos e hijas, y eso debería suponer una ventaja que antes no había. Es más, en ocasiones desaprovechamos esa oportunidad y encima damos un ejemplo inadecuado. No es un camino fácil ni breve, pero no nos queda otro remedio que recorrerlo, acompañar desde el conocimiento a nuestros hijos en ese proceso de crianza digital.

«Dar o no un móvil debe ser una decisión que debe ser tomada de manera informada, sin presiones y meditada»

5. Creo que aún nos queda mucho camino en conseguir una educación digital saludable. ¿Por qué?

La irrupción del móvil y sus múltiples servicios y funcionalidades conectado a internet ha producido un cambio radical en nuestras vidas. Esta ruptura ha supuesto un desequilibrio que debemos recuperar. Nos hemos entregado con pasión y cierta inconsciencia a las satisfacciones que recibimos por medio de las pantallas. Ahora debemos reconocer también lo que nos perdemos estando demasiado tiempo en ellas. Es una cuestión de hábitos y de equilibrio, y dado que partimos de una falta de percepción crítica del consumo de pantallas, no está siendo fácil.

6. ¿Quiénes tienen que formar parte y cómo de esa educación digital saludable?

Educamos, para cualquier cosa, de manera colectiva y los entornos de socialización son la familia, la escuela y la comunidad, además del contexto digital. Todos los agentes tenemos que tomar cartas, pero no olvidemos la gran influencia que tiene la familia. Educar significa ayudar a conocer y saber hacer, pero sobre todo es una cuestión de procurar habilidades para la vida y valores.

7. Por otro lado, tenemos las adicciones. ¿Es la consecuencia que estamos pagando por esa falta de educación?

Adicciones como tales exclusivamente se han reconocido desde el punto de vista clínico las relacionadas con los juegos online multijugador. Si hablamos de uso pernicioso por abusivo, ahí el abanico se abre mucho más. Creo que es consecuencia de la rapidez con la que estas tecnologías han penetrado en nuestro día a día y, al mismo tiempo, la escasa y tardía reacción de los agentes que podían haber tomado cartas de manera más próxima: las administraciones públicas, el entorno educativo, las familias y las grandes empresas de Internet implicadas.

«Sin infravalorar el esfuerzo de padres y madres, que es diario y costoso con el ritmo de vida actual, creo que en bastantes ocasiones es más pereza que miedo».

8. ¿Qué falta o qué es lo que tiene que pasar para que todos ‘se pongan las pilas’?

Desde PantallasAmigas llevamos quince años en esta trinchera y ahora sí apreciamos una mayor sensibilidad, pero también el alcance del problema, junto con sus oportunidades, es mayor. Creo que vamos avanzando en buen camino y se dan iniciativas coordinadas de agentes públicos, empresas del sector y sociedad civil. Por ejemplo, la reciente obligatoriedad de incluir estas cuestiones en el currículo escolar es un paso muy importante. ¿Qué tiene que pasar? Ya está pasando, todos conocemos un caso desafortunado en nuestro entorno, al margen de noticas en los medios o frías estadísticas.