Este tipo de chantaje es facilitado por la posesión de imágenes y vídeos con contenido sexual de la víctima. Los teléfonos móviles e Internet posibilitan que prácticas imprudentes deriven en graves problemas.

La sextorsión es un problema en aumento consecuencia última de prácticas de riesgo y conductas delictivas en torno a las nuevas tecnologías.

Bastan dos elementos: unas imágenes con contenido erótico o pornográfico y una persona dispuesta a obtener algún tipo de beneficio de ellas mediante el chantaje. Por desgracia, estos dos ingredientes son demasiado abundantes y las posibilidades de que se mezclen son mayores de lo que podemos pensar en un principio. La publicación indiscriminada o el envío selectivo de esas imágenes a determinadas personas de nuestro entorno (parejas, padres, compañeros de trabajo o estudio, jefes… ¡enemigos!) pueden arruinar nuestra vida y, por lo tanto, es comprensible que accedamos a cualquier cosa para evitarlo. Aunque en realidad no sabemos si pueden estar ya circulando en la Red y, por supuesto, nunca sabremos si hay más copias, cuántas y dónde pueden estar. Es un verdadero atolladero. Internet actúa aquí en nuestra contra y a favor del chantajista: le facilita el anonimato e incrementa el impacto potencial de su amenaza.

Un novio despechado que coacciona a su exnovia para que vuelva con él amenazándola con publicar imágenes íntimas obtenidas durante su relación; un pederasta que consigue engañar a una menor para que le proporcione una imagen erótica y luego le exige más fotografías o quedar con ella en persona para no revelar el secreto; un flirteo subido de tono usando la webcam que es grabado por una de las partes para luego exigir más vídeos; unas secuencias comprometidas que había en un teléfono móvil que se perdió o fue sustraído y por el que ahora piden un alto precio… son algunos ejemplos de sextorsión.

Un fenómeno en aumento

Aunque sextorsión es un término reciente que nace en inglés como sextortion, se trata de un viejo delito actualizado a medida que la Red se ha ido popularizando y, por desgracia, se da con frecuencia creciente y se concreta de maneras cada vez más diversas. Es por ello que se ha acuñado esta nueva palabra para resumir e identificar el común denominador de los casos. En España, decenas de ellos han salido a la luz pública en los últimos 4 años aunque hasta ahora no se ha comenzado a generalizar ese término genérico para identificarlos.

Según Jorge Flores, director de PantallasAmigas,

“son muchas las razones del aumento de la incidencia, entre ellas:

  • un caldo de cultivo adecuado, donde Internet tiene cada vez más usuarios, es más audiovisual y la privacidad se vuelva complicada de gestionar,
  • la disponibilidad permanente de una cámara en el teléfono móvil que es usado además como dispositivo de almacenamiento y difusión.
  • la trivialización que entre adolescentes y jóvenes se hace de la grabación e incluso exposición de imágenes eróticas.”

Sextorsión y adolescentes

Este tipo de chantaje afecta a muchas personas anónimas pero también a personajes famosos como actrices y cantantes. “No obstante”, dice Jorge Flores, “nos preocupa especialmente lo que ocurre con los menores. Muchas veces realizan prácticas de riesgo de manera consciente. Otras, es el puro desconocimiento el que les pone en peligro porque, aunque pensemos que son expertos tecnólogos, la realidad es que entre ellos hay mucha ignorancia de cosas fundamentales como, por ejemplo, que lo que emite su webcam puede ser grabado al otro lado”.

Consejos

  • Prevención: para no ser víctima, nunca produzcas imágenes comprometidas porque suelen acabar en manos insospechadas. Evita el sexting y ten mucho cuidado con la webcam. Las siguientes direcciones te pueden ayudar a conocer más sobre estos temas: Sexting.es , CuidadoConLaWebcam.com
  • Intervención: si ya estás sufriendo el chantaje, lo más adecuado es pedir ayuda, guardar las pruebas y pistas que ayuden a probarlo y, sobre todo, en ningún caso ceder a la extorsión.

Más información: Sextorsion.es