Lorena Fernández Álvarez, Directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto, participó en la segunda mesa de las V Jornadas Salud Digital, titulada “luces y sombras para el desarrollo personal y el bienestar emocional del alumnado”, celebrada el pasado 24 de junio de 2025, organizada por Fundación MAPFRE y PantallasAmigas. 

Lorena Fernández, Directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto

Lorena Fernández, Directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto

En el marco de las V Jornadas Salud Digital: «Inteligencia artificial: retos y oportunidades para una infancia y juventud saludable», la segunda mesa abordó uno de los debates más urgentes del ámbito educativo: el impacto real de la inteligencia artificial (IA) en el desarrollo personal y el bienestar emocional del alumnado. En este contexto, la ponencia de Lorena Fernández Álvarez, Directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto, aportó una mirada crítica, pedagógica y profundamente humana sobre el uso de la tecnología en la vida académica y personal de niños, niñas y jóvenes.

La inteligencia artificial como entorno cotidiano

Lorena Fernández comenzó su intervención subrayando que la IA ya no es un fenómeno futuro, sino un entorno cotidiano en el que el alumnado crece y se forma. «La inteligencia artificial no es una herramienta puntual: es el ecosistema digital en el que ya viven nuestros jóvenes«, afirmó. Desde esta premisa, advirtió del error de analizar la IA únicamente desde el punto de vista técnico, dejando de lado sus implicaciones emocionales, sociales y éticas.

La ponente insistió en que el bienestar digital debe entenderse como una competencia básica. «No podemos hablar de salud emocional sin hablar de salud digital«, señaló, remarcando la responsabilidad compartida entre instituciones educativas, familias y sociedad.

Oportunidades para el desarrollo personal

Uno de los ejes centrales de la ponencia fue el potencial positivo de la IA cuando se utiliza de forma consciente y pedagógica. Fernández destacó aplicaciones orientadas a la personalización del aprendizaje, el acompañamiento académico y la detección temprana de dificultades emocionales. «Bien utilizada, la inteligencia artificial puede ayudar a que ningún alumno ni alumna se sienta invisible«, afirmó.

En este sentido, defendió que la tecnología puede ser una aliada para reforzar la autoestima y la autonomía del alumnado, siempre que esté al servicio de objetivos educativos claros. La clave, según explicó, no es sustituir a las personas, sino complementar su labor: «La IA no viene a reemplazar al profesorado, viene a ampliar su capacidad de acompañar«.

«Sembrar futuro en la era digital», Lorena Fernández.

Riesgos invisibles y sombras emocionales

Junto a las oportunidades, Lorena Fernández dedicó una parte importante de su intervención a visibilizar los riesgos. Alertó sobre la dependencia tecnológica, la presión por la productividad y la exposición constante a sistemas de evaluación automatizados. «Cuando todo se mide, todo pesa, y ese peso también es emocional», advirtió.

La ponente señaló que algunos usos de la IA pueden intensificar la ansiedad, el miedo al error y la comparación constante. En el caso de la infancia y la adolescencia, estos efectos se amplifican. «Estamos educando a una generación que siente que siempre está siendo observada por algoritmos«, afirmó, llamando a reflexionar sobre los límites de la automatización en contextos educativos.

Educación crítica y alfabetización digital

Frente a estos desafíos, Lorena defendió la necesidad de una alfabetización digital crítica que incluya la dimensión emocional. No basta con enseñar a usar herramientas; es imprescindible enseñar a interpretarlas, cuestionarlas y ponerlas en contexto. «La educación digital no va de aprender a hacer clic, va de aprender a decidir«, sostuvo.

Además, subrayó la importancia de incorporar espacios de reflexión en las aulas donde el alumnado pueda expresar cómo se siente frente a la tecnología. Según la ponente, escuchar esas voces es esencial para diseñar políticas educativas más humanas y realistas.

Lorena Fernández, Sesgo Algorítmico

Lorena Fernández, Sesgo Algorítmico

Sesgos algorítmicos y desigualdad

Otro de los aspectos clave abordados fue el de los sesgos presentes en los sistemas de inteligencia artificial. La ponente advirtió que los algoritmos no son neutros, ya que se entrenan con datos que reflejan desigualdades sociales preexistentes. “La inteligencia artificial aprende del mundo tal y como es, no como nos gustaría que fuera”, afirmó.

En el ámbito educativo, estos sesgos pueden traducirse en decisiones injustas, etiquetado prematuro del alumnado o refuerzo de estereotipos. Fernández alertó de que, sin una supervisión humana y ética, la IA puede amplificar brechas en lugar de reducirlas. “Si no cuestionamos los datos, acabamos automatizando la discriminación”, señaló, insistiendo en la responsabilidad de las instituciones educativas para auditar, contextualizar y limitar el uso de sistemas algorítmicos que afectan al desarrollo y al bienestar emocional del alumnado.

El papel de la universidad y las instituciones

Desde su experiencia en la Universidad de Deusto, Lorena Fernández defendió que las instituciones académicas deben liderar este debate con responsabilidad social. «La universidad no puede limitarse a adoptar tecnología: debe preguntarse para qué y para quién«, afirmó.

También recalcó la necesidad de una colaboración interdisciplinar entre educación, psicología, comunicación y tecnología para abordar el bienestar digital de forma integral. Solo así, señaló, será posible generar entornos seguros, inclusivos y emocionalmente sostenibles.

Timanfaya Hernández, Carmen Ugarte y Lorena Fernández. Segunda mesa: “luces y sombras para el desarrollo personal y el bienestar emocional del alumnado”

Timanfaya Hernández, Carmen Ugarte y Lorena Fernández. Segunda mesa: “luces y sombras para el desarrollo personal y el bienestar emocional del alumnado”

Conclusión: “Educar en la era digital implica acompañar, cuestionar y cuidar, no solo automatizar”

La ponencia de Lorena Fernández Álvarez dejó claro que la inteligencia artificial no es ni una amenaza inevitable ni una solución mágica. Es una realidad compleja, llena de matices, que exige una mirada ética y centrada en las personas. «El verdadero reto no es tecnológico, es humano”: educar, cuidar y acompañar en la era de la inteligencia artificial«, concluyó.

Su intervención en las V Jornadas Salud Digital invitó a repensar el uso de la IA en educación desde el bienestar emocional del alumnado, recordando que el progreso solo tiene sentido si mejora la vida de quienes aprenden y crecen en un mundo cada vez más digital.



Artículos relacionados